SEVILLA. 27 DE MARZO DE 2016. TOROS DE GARCIGRANDE-DOMINGO HERNÁNDEZ, PARA MORANTE DE LA PUEBLA. J.M. MANZANARES Y ALEJANDRO TALAVANTE. SE NIEGAN A PONER SOLUCIONES


Máxima expectación esta tarde en Sevilla para presenciar un espectáculo con “no hay billetes” y la esperanza, desgraciadamente fundada, de que cambien las cosas.
El pregonero de la Feria de Abril 2016, esta mañana en ABC, manifestaba que los verdaderos responsables de esta Fiesta anodina y decadente son los mismos taurinos que viven de ella. Compartimos el planteamiento y solamente tuvieron que pasar unas pocas horas para comprobarlo en la Maestranza.
Ganado de moda, solicitado por las figuras, que totalmente descastado y con una flojedad manifiesta, tira por tierra la verdad y la esencia de la tauromaquia.
Colabora la autoridad aprobando un encierro desigual donde apreciamos que el tercero y quinto de la tarde eran totalmente anovillados. El resto de sus hermanos, mas cuajados, pero dóciles y de exquisita educación, con tan poca fuerza que una vez más la suerte de varas no existió.
Con este material de ideas aborregadas, trote asnal y obediencia suma, los tres coletas ofrecen una labor más efectista que cierta y más superficial que exigente, sabedores que tienen en los tendidos la gran mayoría de adeptos de aplauso fácil.
Morante es incapaz o no quiere el toro encastado. Con el medio toro de esta tarde, saca a relucir posturas ensayadas acorde con su temple acompasado en embestidas domésticas. Podemos hablar de lances sueltos, muletazos intermitentes Destellos que encandilan a sus incondicionales, quienes se ponen de pié para ovacionar la carnicería que organizó para intentar pasaportar al cuarto, y después de ofrecer infinidad de argumentos a los “antis”, el benevolente presidente decreta tres avisos y toro al corral.
Manzanares sigue en sus trece de torear descargando la suerte abusando del pico de la muleta y de ese toreo rectilíneo, pero con la gran habilidad de ofrecer de nuevo la pañosa antes de separar del todo al toro. Tanto abusó de estas técnicas, que en el quinto de la tarde, el anovillado animal, con la lección bien aprendida, en la mitad de la faena deja plantado al matador y se retira a tablas.
Con estos desclasados toros, al menos Talavante ofreció algo de calidad, tanto de capa en los lances de recibo, como en quites sueltos, y en muleta, donde en su primer toro, sin rematar una faena brillante fue obsequiado con una bondadosa oreja.
En el sexto no se acopla con el toro hasta bien avanzada la faena de muleta. Demuestra mando, pero ese dominio requería algo de temple para redondear los pases y solamente cuando el toro va a menos y ante los tendidos de sol consigue alguna tanda buena.
Destacar un buen par de Rafael Rosa y el buen dominio de la cabalgadura por parte de José Antonio Barroso

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