SEVILLA, 26 DE ABRIL DE 2015. TOROS DE MIURA PARA DÁVILA MIURA, MANUEL ESCRIBANO Y IVÁN FANDIÑO. DOMINGO DE MIURAS..


Tarde esperada por los aficionados, que no deja a nadie indiferente y que en absoluto invita a la siesta.
Cuando salen al ruedo esos toros de estructura destartalada, tan especiales de comportamiento, cambiantes en su lidia, es imposible que ningún aficionado se aburra en este festejo.
Esta tarde, un poco especial, por el gesto de Dávila Miura, al reaparecer para matar el hierro familiar, también tenía su puntito sentimental, al ser Eduardo Dávila muy estimado en Sevilla, no solo por su trayectoria profesional, sino por el agradecimiento de los aficionados a su labor de fomento y defensa de la Fiesta.
Afronta la lidia con una tranquilidad y seguridad que transmite a los tendidos. Recoge a sus dos toros bien con el capote, conduce la lidia de sus toros a sabiendas de su comportamiento especial, ofrece al aficionado una madurez lidiadora que ya quisieran otros compañeros y como estaba aún vacante el premio a la mejor estocada de la feria, se la recetó a su segundo enemigo. Sevilla le premia con una oreja que abarcaba toda su trayectoria con la rúbrica del estoconazo de hoy.
Tiene mérito lo de Escribano en esta feria al acartelarse con victorinos y miuras. No es nada fácil afrontar el reto con muchas posibilidades de triunfo grande. Ocurre pocas veces. Esta vez quizás no lo consiguió con el segundo de la tarde, Trapero de nombre, bajo, repetidor, que acude de largo a los caballos y que requería citarlo largo, muleta adelante y temple. El torero no le coge las distancias ni da sitio al toro, por lo que la lidia de Trapero se convierte en un querer y no poder. No es que cambiara el toro. Es que pedía otra lidia.
Tiene Escribano que replatearse el continúar poniendo banderilla.
Con el quinto, más flojo que el segundo, el toro de más peso de la feria, 656 kilos, lo deja largo en los caballos, aunque necesitó medirle mucho el castigo. Llega a la muleta con media embestida y aquí Escribano acierta en su lidia por la derecha, pero en especial con la izquierda, donde obtiene naturales de buen trazo a pesar de la media embestida. Como mata de una estocada, oreja merecida.
Fandiño sortea el lote menos lucido del festejo, pero es que el torero, parecía no tener las ideas muy claras para lidiar este tipo de comportamiento. Mucha muleta a media altura, enganchones, pases rectilineos, daba la impresión de que el vasco no es el mismo de temporadas anteriores o que le pesan los seis toros de Madrid.
Pasó por la feria con más pena que gloria.
Nos preguntamos la causa por la cual los toreros suelen poner bien los toros de largo para el caballo cuando se lidian victorinos o miuras y en el resto de festejos la suerte de varas es un autentico desastre.
Mención especial para Javier Ámbel, lidiando y en banderillas.

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