Se cumplió el guión establecido. Volvemos al medio toro, el que no se pica, el toro antirrepublicano, noble todo él, que se cría solo y exclusivamente para que ofrezca veinte o treinta muletazos. Por descontado nada de toreo de capa ni quites.
La corrida, muy astifina, estuvo bien presentada con la excepción del segundo y tercero, más terciados. Se fue al desolladero con todas las orejas, cuando en manos de otros toreros se hubieran cortado un esportón de ellas.
Seguimos con la mala costumbre de poner a los toros en suerte prácticamente bajo los caballos. Los presidentes no hacen nada por remediar estos resabios. Se aplaude a los picadores por no picar.
Los tres matadores ofrecieron un autentico recital de pases de muleta a toros de embestida borreguil. De estos pases no se recuerda que alguno de ellos pasara de notable. Era un estar delante del toro, ofrecer la muleta sin cruzarse y nada de temple ni bajar la mano en la mayoría de los pases.
Es una incógnita los motivos por los que un torero del montón como Rivera Ordóñez ha vuelto a torear. Para hacer lo que hizo, mejor se quede en su casa y deje paso a otros que más lo merezcan y no tengan apellidos toreros ilustres. Alguien le dijo con toda la razón que su toreo era vulgar. Mostrando una soberbia inaudita al oírlo, arreó con la espada al toro en los lomos. Se hartó de dar muletazos insulsos, sin profundidad al que el público festivalero de esta tarde no dedicó ni un olé. Váyase Sr. Rivera Ordóñez, aquí no pinta ni ofrece nada.
Manzanares, el torero consentido del público de clavel y pandereta cumplió con lo establecido. Mostró su toreo estético-desviado, que lo hace a la perfección y engatusa a la concurrencia, que no al aficionado. Esta tarde echó un gran borrón al matar. Estuvo muy mal, evitando con ello otro de sus particulares “triunfos”.
El convidado a esta merienda del medio toro fue David Galván, y como no podía ser de otra forma, también se fundió con el medio toro a base de pegar muchos pases, ninguno bueno, hasta que en el sexto sufre una cogida espectacular sin consecuencia afortunadamente. El chaval se repone y rectifica su mediocridad para convertir su faena en un arrimón de valiente ante un toro que le miraba mucho y que anunciaba que podía echarle mano de nuevo. Esta actitud llega a los tendidos y la gente se le entrega. Mata mal y seguramente pierde la orejita que a buen seguro le solicitarían.
Otra tarde más mención especial para Curro Javier, espectacular lidiando y en banderillas.
SEVILLA. 24 DE ABRIL DE 2015. TOROS DE NUÑEZ DEL CUVILLO PARA RIVERA ORDÓÑEZ, J.M. MANZANARES Y DAVID GALVÁN. VUELTA A LA NORMALIDAD
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