Que nadie se llame a engaño. Una cosa es lo que se anuncia en el cartel y otra la realidad de lo sucedido en la plaza.
Para empezar, nada de seis toros de plaza de primera, excepto el primero que solamente lo era en apariencia, los cinco restantes fueron terciados y el quinto, cinqueño por más señas, lucía dos platanitos por pitones.
La presidenta que es quien sobre el papel debe velar por la integridad de la Fiesta y los intereses de los que pagan se niega a devolver el primero que era tan inválido que cayose no, derrumbose estrepitosamente en numerosas ocasiones, y el reglamento lo dice textualmente, que cuando un toro es manifiestamente tullido para su lidia debe cambiarse. Pues nos tragamos semejante fraude.
La suerte de varas es un tercio de la lidia donde el toro muestra su poder ante el castigo, pero cuando no hay ni castigo ni toro, esta bella suerte no existe. Eso pasó esta tarde.
El reglamento especifica muy claramente como deben ponerse los toros en suerte para el caballo. Los matadores lo saben. Esta tarde tanto Ponce, como Castella y Adame se saltaron esta regla a la torera, nunca mejor puesta la expresión. Nadie les sancionará.
El toreo bueno debe expresarse con unos determinados cánones en los que debe predominar una emoción y riesgo latente, además de la estética, al mismo tiempo que una entrega de corazón y arte, pero Ponce antepone su depurada y veterana técnica para suplir lo esencial. O sea suplantación de valores.
Castella aburre a cualquiera. Carece de mérito profesional para venir tres tardes en el abono. Su primer enemigo no llegaba ni a medio toro, pero el quinto de la tarde mostraba generosamente una conducta borreguil muy manejable. Pues ni eso fue capaz de entender el francés. Fue pitado y con razón.
El mejicano Adame, valiente y pinturero puso sobre el albero corazón y voluntad. No se escondió nunca y supo hacer llegar a los tendidos su especial tauromaquia de gestos, arrimones y vergüenza torera. El capote no sabe usarlo, pero al menos con la muleta ofreció lo más natural y personal de la tarde. Una oreja no merecida obtuvo en el sexto.
Cárcel de Papel para la presidenta, Anabel Moreno, amiga de recibir favores de atalayas de burladero por esas plazas de dios, que una vez más favorece a la empresa para ahorrarse el precio de un sobrero. Ya le hizo otro favor mayúsculo en su anterior actuación aprobando un becerrote y con ello evitar devoluciones de entradas.
Cárcel de Papel para Ponce, Castella y Adame por poner a sus toros en suerte superando la raya de menor diámetro.
La tarde estuvo presidida por unas pausas insoportables en el tiempo, ya para poner a los toros en suerte en banderillas, ya para estructurar las faenas de muletas. Esto no es casualidad. Ante toros medio tullidos unos, con escasas fuerzas otros, se hacía necesario como condición del timo estos parones que insuflaban la vitamina del aire a estos toros codiciados por las figuras y detestados por los aficionados.
Bien en banderillas y lidiando Ámbel y Chacón.
En definitiva, que las cosas fueron como no deben de ser y a eso se llama……póngale el adjetivo que quiera.
Sevilla, 9 de mayo de 2014. Toros de VICTORIANO DEL RÍO para ENRIQUE PONCE, SEBASTÍAN CASTELLA y JOSELITO ADAME. EL TIMO DEL MEDIO TORO
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