PLAZA DE TOROS DE SEVILLA. 21 DE SEPTIEMBRE DE 2012. FERIA DE SAN MIGUEL.NOVILLOS TOROS DE JUAN PEDRO DOMECQ PARA RAFAEL CERRO, TOMÁS ÁNGULO Y GONZALO CABALLERO. SEÍS, PILTRAFAS, SEÍS


Piltrafa, entre otras acepciones, dícese de la persona o cosa que se encuentra en muy mal estado.
Este concepto podría aplicarse en la tarde de hoy en la Maestranza a los seis ejemplares a los cuales aún llaman novillos- toros que se han lidiado. La ganadería de Juan Pedro se encuentra en tal mal estado que lo mejor sería mandarla toda ella al matadero y empezar de nuevo
La empresa vuelve a tropezar en la misma piedra ofreciendo un producto torista infumable. Los novilleros aceptan acartelarse con estos animalejos que solo tienen de novillos su facha exterior, pero que adolecen de cualquier virtud que al menos les asemejen a esos animales que deseamos los aficionados para plantear batalla que derive en la emoción propia de nuestra Fiesta.
Esa expresión que muchos de los que escriben y viven de esto de lo taurino dicen sobre el toro, “que se dejó”, esta tarde tampoco ni podría aplicarse, porque fue tan poca la casta y la fuerza de los novillos de Juan Pedro, que su comportamiento era lo más parecido a la conducta de una acémila que a un animal con raza y brío que plantea batalla como es el verdadero toro bravo.
Con este material no es posible enjuiciar labor alguna de los jóvenes novilleros, si bien estos y casi todos los de esta época pecan por ofrecer el toreo comercial y repetitivo sin personalidad que le marcan los tiempos de hoy.
Haciendo un esfuerzo para destacar algo positivo podemos reseñar la lidia de Jesús González “El Suso” o los pares de banderillas de Curro Robles, porque la faena al sexto de Gonzalo Caballero, aunque premiada con una oreja sin petición mayoritaria, no fue nada relevante, si bien caló algo por la voltereta sufrida en el primer pase de muleta o por el empuje de la banda de Tejera que continúa en su labor de restar enteros al prestigio de la plaza.
Insistimos una vez más en la ausencia de la suerte de varas y el escaso interés de los toreros en que su ejecución se ajuste a los cánones de una tauromaquia de verdad, No se puede consentir colocar los novillos entre las dos rayas. No se puede consentir que estos animales solamente aguantes varas simuladas agravadas en muchas ocasiones por su pésima ejecución.
A los toreros les vale, pues nadie le protesta aquí en Sevilla. En Francia o Madrid no se atreven a tanta burla.
Por último destacar una vez más la negativa actuación del Presidente, Sr. Salguero, que en su afán colaborador con el declive de la Fiesta no se atreve a devolver los tres primeros novillos, inválidos hasta la exasperación, además de conceder a Caballero en el sexto de la tarde una oreja de pueblo que en cierto modo se corresponde con el actual desprestigio de la plaza de toros de Sevilla

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