U. T. A. A.

El año pasado salieron escaldados tanto la empresa Pagés como el ganadero Victorino Martin trás el petardo de corrida que ofrecieron con el consentimiento y complicidad de la autoridad.
Este año se encargan los voceros agradecidos de propagar que la corrida de Victorino viene mejor presentada y que en nada se parece a la de 2009.
Mentira y de las gordas. La corrida de esta tarde tiene más “delito” que la del año pasado. Para empezar nos ofrecen cuatro toros con mas de cinco años, pasados de corrales y encima muy mal presentados. Además dos de ellos completamente invalidos y nos lo tragamos. El cuarto de la tarde no llegaba ni a novillo bien presentado. El quinto devuelto muy a pesar del presidente que fue el último en la plaza que percibió la invalidez del torillo y !oh¡ sorpresa sale el sobrero de Victorino y era otra “raspa”. Ante semejante escaso animal supuestamente bravo, su matador El Cid no supo siquiera estar bien y encima su banderillero Alcalareño ofreció un recital de mal profesional en banderillas.
En fín, las esperanzas que ponemos los aficionados en una ganaderia a la que siempre hemos defendido, se desvanecen, cuando vemos que trae a Sevilla toros impresentables que compra la empresa, consiente el ganadero y aprueba un presidente falto de experiencia y profesionalidad. Un desastre.
Como la tarde fue infumable solo cabe resaltar algún par de banderillas arriesgando de Ferrera. La decisión del Boni de no saludar un par de banderillas que el público pueblerino de la Maestranza solicitaba. El arrojo de Jesús Arruga en un par a favor de la querencia del toro. La música que ataca cuando menos se lo merece el torero. Cualquier tarde son capaces de tocar Paquito el Chocolatero para terminar de ahogar la Maestranza en el lodo taurino.
Victorino debe de ser honrado y si no tiene toros para Madrid que tampoco venga a Sevilla y se dedique en sus cuarteles de invierno a recuperar su ganadería.