La recién terminada feria de Céret ha demostrado fehacientemente que ya todos los ganaderos, sin excepción, seleccionan para la muleta. Al caballo, cada vez se le da más de lado. Toros realmente bravos en el caballo, ni uno. El de la famosa imagen de Dolores Aguirre, tuvo al caballo en vilo un rato, fué espectacular, pero en las dos siguientes entradas casi se repucha. Algún otro tuvo alguna entrada bonita, pero ya digo, empujar realmente, ninguno. Sin embargo, ver embestir bien ésos toracos en la muleta también emociona, por lo menos a mí, pero aquí viene la otra derivada del toreo moderno, si de las llamadas figuras sólo interesa Morante, en las corridas mal llamadas ya duras, es que no hay un sólo torero que merezca la pena, qué malitos son todos!!!!! Lamelas con un lote de 4 orejas, siempre dando el paso para atrás en vez de pa’lante. Román cómo si no hubiera estado y Maxime Solera, el tuerto en el país de los ciegos.
La novillada de Alejandro Vázquez, procedencia Núñez, no tenía que haber ido a Céret. Como cualquier novillada en la Maestranza, muletera, eso sí, al caballo fueron más veces por supuesto. De los novilleros mejor ni hablar, pero el futuro está negro, no, lo siguiente.
Y la corrida de Palha fué la gran decepción, toros sin poder, cayéndose incluso, y dejándose mucho en la muleta. Salvó un poco la tarde el último, un demonio, que a la postre, fué el único de la feria que ofreció la emoción que uno busca cuando cruza la frontera. Los toreros de esta corrida, para que se corten la coleta, incluido Sánchez Vara, que para algunos es el nuevo Ruiz Miguel porque mató a Cazarratas y se pasa los toros por su Guadalajara natal. Un poco la excepción fué Damián Castaño que intentó plantar cara al diablo último, sin poder con él, por supuesto.
En resumen, visto Vic y Céret, está claro que todos los ganaderos han tirado ya por la calle de enmedio, que por supuesto, es lícito y les va a dar más de comer. La tauromaquia moderna, para el que quiera emociones fuertes, lo tiene complicado. También es verdad, que no deja de ser un reflejo de la vida en general, dónde nos quieren llevar a todos por el mismo camino cómo becerros y con el pico de la muleta.
PD. No quiero que nadie se lleve a engaño, al nombrar la Maestranza en esta breve crónica. En cuanto a presentación, el novillo de Céret es el toro de Sevilla.
José Luis Miguel Fernández.
Abonado en Sevilla, Málaga, Vic y Ceret.
LAS DURAS Y LAS MADURAS
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