TOROS DE VICTORINO MARTÍN PARA ANTONIO FERRERAS Y MIGUEL ÁNGEL PERERA
Sábado, 30 de abril de 2022. Lo venimos advirtiendo hace tiempo. Victorino hijo está echando por tierra las cualidades que su padre, el sabio cateto de Galapagar, imprimió a sus toros.
Antaño sus toros pedían el carné de identidad a los toreros, hoy no tienen ni fuerza ni carácter para exigir nada a sus matadores.
Los lidiados en Sevilla esta tarde más bien parecían juanpedros. Torillos artistas criados para la muleta. Suavones, sumisos, breves, amables. Victorino quien te ha visto y quién te ve.
Capítulo aparte eran las defensas de algunos toros. Astigordos merecedores de laboratorio y análisis. Tranquilos que eso no ocurrirá.
Corrida de cabos sueltos, Lo mejor de la tarde lo hizo Ferrera toreando a la verónica al quinto con ese capote azul que más bien parecía una colcha cubrecama.
Reseñar también que Ferrera cortó una oreja en ese toro quinto. El animal llegó a la muleta entregado, dócil, bajando la cara, pasando, que no embistiendo. El torero lo entendió y enjaretó varias series jaleadas por un público igual de amable que el toro. Entro a matar andando muy de lejos, según acostumbra en su histrionismo, y como la espada se resistía se quedó en la cara empuja y empuja. Como mató a la segunda, pidieron una oreja y luego otra ignorando que había fallado en el primer intento. El presidente acertó no concediendo la segunda.
Sin que sirva de precedente aplaudimos de nuevo al presidente por resistir y no conceder trofeos a Perera. Ni había petición suficiente ni era merecedor de premio.
Cuando se anuncia Perera deberían poner las entradas más baratas. Ordena a sus picadores no picar sus toros.
Parearon muy bien José Chacón, Fernando Sánchez y Curro Javier.
Otras cuestiones. ¿Dónde estaba el Delegado y sus alguacilillos cuando Joaquín salta al ruedo?
¿Dónde estaba el Delegado y sus alguacilillos que permitieron entregar la oreja a Ferrera por un banderillero?
Y la música. Amenizan faenas insulsas creyendo que pueden influir para enardecer al dócil público y lo peor es que lo consiguen.
Y las rayas de la suerte de varas. Ya ni se repasan al caer el tercer toro. Pensándolo bien. ¿Para qué? Si a esta bella suerte nadie echa cuenta.
Detalles a cuidar que no se cuidan, tradiciones a respetar que no se respetan. La Maestranza reculando y los victorinos convertidos en juanpedros. Vamos mejorando.