El aficionado permanece expectante ansioso a alguna noticia esperanzadora que confirme la celebración de algún espectáculo taurino. Se aferra a los digitales. Prensa de papel y televisiones relegan o ignoran noticias taurinas.
Gobierno central muestra su desinterés permaneciendo impasible a la espera de que la tauromaquia caiga cual fruta madura.
Gobiernos autonómicos, excepto algunas excepciones, también hacen de Don Tancredo.
Así las cosas, únicamente son los taurinos, los que viven de la Fiesta, los que deberían defender con uñas y dientes no solamente su medio de vida, sino mantener esta vieja cultura que se tambalea.
Y qué ocurre?
Acontece que cuando más unión se necesita, cuando la solidaridad y el sacrificio son completamente necesarios, estas conductas brillan por su ausencia.
No saben, no quieren, no pueden o son incapaces de improvisar unas condiciones mínimas que posibiliten celebrar algún festejo aunque sea testimonial.
Aquí en Andalucía, desde la administración se ha intentado tomar la iniciativa para el despegue esta temporada de los festejos taurinos.
Imposible, mucho hablar, mucho marear la perdiz, mucho mirarse el ombligo cada sector. Consenso poco.
Pasan los días. Las medidas no llegan. La decepción aumenta.
Mientras esto ocurre, muchos se frotan las manos viendo como se desangra la Fiesta y pensando que para nada hacen falta ataques para desactivar la tauromaquia.
Esta prueba de fuego sobrevenida por efecto de la pandemia pone a las claras las incompetencias de los taurinos.
Se confirma esa frase tan pronunciada de que “el enemigo está dentro”.
Desgraciadamente puede ser así, mientras no se demuestre lo contrario, y los taurinos saquen a relucir coraje, decisión, valentía y ganas de mirar el futuro olvidando reivindicaciones sectoriales innecesarias en una crisis como la actual.
Así que ante estas circunstancias los aficionados estamos mentalizados de pasar una temporada en blanco sin que nadie lo remedie.
Estocada hasta la bola a la Fiesta.
Sevilla, 4 de junio de 2020
Diego Martínez González
Pte. UTAA-SEVILLA
DECEPCIÓN Y CONFIRMACIÓN
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